Después del agua, es la segunda bebida más consumida del mundo. Durante casi cinco mil años se ha generado una cultura entorno a él haciéndolo protagonista de distintos aspectos de la vida cotidiana. El té tiene origen en Oriente donde se lo conoce y disfruta desde hace miles de años.
Una leyenda cuenta que Shennong, un emperador de China, quien además inventó la agricultura y medicina de ese país, estaba descansando bajo un árbol, le acercaron un cuenco de agua caliente para saciar su sed, alrededor del año 2750 a.C. El viento agitó las hojas de ese árbol de té, cuando unas hojas cayeron dentro del cuenco y rápidamente comenzaron a cambiar el color del agua. Shennong intrigado, acercó el cuenco llevándolo a sus labios permitiendo un delicado sorbo de esa bebida. Su experiencia fue muy placentera sitiándose refrescado y con el cuerpo relajado, a la vez que su mente se vio alejada de todos sus tormentos. A partir de ahí alentó al pueblo chino a cultivar la planta y a preparar la infusión como su bebida cotidiana. Desde ese momento, se dice que no pasó un solo día de su vida sin beberla.
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